Claustrofobia: El pánico a espacios cerrados
Cualquiera de nosotros conoce la claustrofobia, ese miedo irracional a encontrarse en espacios cerrados o quedarse dentro de ellos sin poder salir. Miedo en el que juega un importante papel la mente al pensar en las consecuencias de esas situaciones como no tener libertad de movimientos y (en casos más extremos) creer que podrían llevar a morir de asfixia.
De las misma manera, asociamos la claustrofobia con lugares muy concretos e identificados como son las cuevas y túneles, los coches, los sótanos y habitaciones pequeñas y sin ventanas, o los ascensores.
Cuáles son los síntomas de la claustrofobia
En la claustrofobia entran en juego síntomas que pertenecen a tres tipos diferentes.
- Fisiológicos: Son los que más se notan y abarcan las palpitaciones, el aumento de la presión arterial y el ritmo cardíaco, la sudoración, los temblores, las náuseas y mareos, y la sensación de desmayo o de ahogo.
- Cognitivos: Estos son los síntomas de carácter más psicológico. Entre ellos se encuentra, por supuesto, la ansiedad que se experimenta (al igual que en otras muchas fobias) y el terror y pánico, así como pensamientos irracionales, el sobredimensionamiento del peligro real, y la dificultad para pensar con claridad.
- Conductuales: Estos síntomas tienen que ver con la actitud o el comportamiento, y consiste en tratar de alejarse o evitar los lugares o situaciones asociadas a este miedo y, de no lograrlo, entonces no para de buscar una manera de escapar o huir de la situación o del lugar.
Causas
Hay dos tipos principales de causas que provocan la claustrofobia.
- La primera de ellas, y tal vez la más común, es alguna experiencia traumática vivida en el pasado. Es habitual encontrar personas cuya claustrofobia surgió a raíz de haberse quedado encerraros en un lugar estrecho o pequeño, o bien haber visto que alguien cercano pasaba por dicha situación.
- Aprendizaje o imitación. Se define de esta manera al desarrollo de una fobia que procede de observar y “adoptar” las reacciones o comportamiento que tienen personas cercanas o de referencia ante ese tipo de situaciones. Estas actitudes se interiorizan y, en el futuro, se manifiestan en la persona cuando se ve en una situación similar.
Consecuencias de la claustrofobia
La claustrofobia resulta invalidante para una gran cantidad de personas, porque hay situaciones normales de la vida diaria de cualquier persona que tratan de evitar a toda costa debido a su temor. Así, son incapaces de viajar en coche o en metro, suben escaleras sin importar que sea a un pico muy alto en lugar de coger el ascensor, y pueden llegar a no querer hacerse pruebas en máquinas de resonancia magnética.
La autoestima se ve enormemente afectada, ya que una persona con claustrofobia ve cómo no puede realizar ciertas actividades que para otras personas son completamente naturales, y porque se encuentran de manera constante en un estado de ansiedad al temer que puedan quedarse encerrados en algún lugar en cualquier momento.